lunes, 29 de agosto de 2011

Galapagos: Entre el mito y la realidad

Hace décadas se empezó a correr la voz. Pasaron los meses, los años. La historia se convirtió en leyenda y diversas versiones nacieron a partir de los hechos narrados.
Cuenta el caza-recompensas Lucas De la Vega:
-Desde que acepte la misión que me encomendó la Animal Wilber Foundation, nunca creí que fuera cierta. Hasta que llegue a la isla en busca del Angelito y lo que allí me sucedió cambió mi vida pata siempre.
Según los aldeanos, vive entre ellos un ser mitad hombre mitad tortuga, al cual nunca pudieron ver detenidamente, pero bautizaron como “El Angelito”. Lejos de ser un monstruo terrible como el Yeti o El abominable hombre de Viamonte, la gente cree que el Angelito tiene capacidades curativas mediante la buena onda que irradia desde lo mas profundo de su caparazón.
Y aquí volvemos a De La Vega, el caza-recompensa encargado de avistar a la criatura.
Cuenta el temerario: “Mientras caminaba una noche por la selva, armado hasta los dientes y atento de todos los sonidos que me rodeaban, tropiezo con una rama torpemente y caigo al piso con una fractura expuesta de tobillo que me generaba un dolor atroz y la incapacidad de moverme. Creí que había llegado el fin. Pero entre los matorrales, pude divisar una figura que se acercaba lentantamente hacia mi. Y ahí lo tenia, parado a mi lado, como un guardián de la jungla, sigiloso, pero con una sonrisa cálida en su boca. Yo estaba a punto de quedar inconsciente por la perdida de sangre, pero pude escuchar lo que me dijo.
-Disculpame, no voy a poder llevarte a la aldea, pero con la buena onda y el poder de mi caparazón te vamos a curar el pie.
Al otro día desperté, pero grande fue mi sorpresa al ver que mi tobillo estaba mas fuerte que nunca. Volví al campamento y el jefe de la aldea escucho mi historia. Nos abrazamos y partí hacia mi hogar. Sin el Angelito, ni mi recompensa. Pero con una experiencia de vida que modifico mi rumbo para siempre.”

Por Dandy Drinkiwhisky

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